En los cuatros años de existencia del Concurso Fotográfico, y este año no iba a ser una excepción, la convocatoria a toda la Comunidad Escolar a través de las tres categorías (alumnado, profesorado-PAS y familias) ha intentado poner la mirada en aquellas prácticas que son correctas ambientalmente y en aquellas otras que son denunciables, errores reiterados propios de la cultura consumista en la que vivimos y en la que podemos o no participar.
Ningún
año ha sido masiva la participación, pero en todos ellos la
presencia de fotografía recicladora ha estado presente.
Reutilizaciones de latas, elementos de decoración
reaprovechados,…han servido para ejemplificar el buen hacer de
muchas personas, sin duda no todas como sería deseable, pero son
pequeños guiños a que otros usos son posibles y que no es preciso
comprar compulsivamente, que se puede jugar
con
lo gastado.
Aunque
el concurso deje de convocarse el próximo curso, no nos cabe duda de
que seguiremos de otro modo, quizá más activo, en la concienciación
ambiental de nuestro entorno inmediato.